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Arteterapia y vínculo familiar: una experiencia.


"El ritual comunitario, en esencia, es una oportunidad de renovación."


Naomi Ortiz


Arte que realicé después de una sesión de un taller de duelo que facilité acerca de la pérdida del hogar.
Fotografía de la mano de mi abuelita y la mía tomada después de los talleres en Chalco.

Cuando pienso en familia pienso no únicamente en el esquema tradicional que incluye a personas con las que estás emparentada consanguíneamente, por matrimonio o adopción, también considero puede incluir amistades muy cercanas o personas con quienes tienes vínculos sexo-afectivos aunque no estén casadas y mascotas. Ahora bien, las experiencias a las que voy a referirme se centraron en los vínculos entre madres, padres, y sus hijxs.


El pasado 17 y 18 de mayo facilité dos experiencias creativas que abordaron el vínculo familiar (con enfoque especial en el vínculo madre e hij@) en Chalco, Estado de México. En las conversaciones iniciales con los espacios, se solicitó que las actividades propuestas abordaran este tema por ser fecha cercana al Día de la Madre (acá en México se celebra el 10 de mayo). Mi propuesta fue ofrecer un espacio para trabajar y celebrar el vínculo entre madre e hijxs que incluyera a madres de cualquier edad e hij@s de 16 años en adelante. Me interesaba generar un espacio para reflexionar acerca de ese vínculo más allá de la maternidad cuidadora de infancias, por ejemplo; cómo van cambiando los vínculos mientras nos vamos transformando en personas adultas, cómo reparar vínculos que se han erosionado o roto,  lo que mantiene el deseo de continuar el vínculo vivo cuando sentimos distancia emocional, cómo poder comunicar nuestras necesidades dentro del vínculo de formas que se sientan constructivas. Sin embargo, algunos ajustes fueron realizados a la propuesta en respuesta a las necesidades de las comunidades de las sedes:

  • El grupo del Foro Cultural de la Casa del Café estuvo dirigido a madres, y abuelas, e hijxs a partir de los 10 años. La invitación fue abierta al público en general, compartiéndose en sus redes sociales y las mías.

  • El segundo grupo fue en las instalaciones del Centro Multidisciplinario CODECU Atlazalpan en la localidad de San Pablo (perteneciente a Chalco) y estuvo dirigido a padres, madres, e hjxs a partir de 10 años. La invitación fue cerrada y exclusiva para personas que forman parte de su comunidad. No se pudo tomar documentación fotográfica de las actividades realizadas.


El rango de edades de quienes asistieron fue muy amplio, desde los 10 años hasta los 84 años. En el caso de las duplas con infancias de menor edad, se adaptaron tanto las instrucciones como algunos aspectos de la actividad de forma tal que pudiesen entender el objetivo, sentirse cómod@s al realizarla, aprovecharla y disfrutarla.

Pieza de arte con forma de flor con texto que dice: bullerengue de fuego, flores vibrantes y dolor entrelazado dentro de mi, vivo.
Promocional generado por la Casa del Café para la experiencia creativa para madres e hij@s.

Se invitó a la comunidad con este mensaje: "¿Has compartido desde un lugar de creatividad y calma cómo es que deseas ser querida, lo que necesitas, lo que agradeces y admiras de lo que han compartido hasta ahorita? Este es un espacio creativo sostenido con herramientas de la arteterapia para reflexionar en el vínculo de madre e hij@s. No se requiere experiencia previa en artes." La actividad propuesta buscaba generar un momento de vinculación desde la creatividad que pudiera -además de resultar en una experiencia positiva compartida-  ser un espacio para reflexionar en el vínculo cómo es hoy con respecto a las personas que somos en el presente, cómo ha sido, y cómo queremos que sea. Como plantean Dafna Regev y Sharon Snir en el trabajo terapéutico (ellas se centran en el trabajo con madres, padres, y sus infancias únicamente), en la díada de cuidador principal e hijxs, la incorporación del hacer arte en el proceso terapéutico ayuda con dos objetivos: "la creación de una interacción interpersonal como un espacio para el cambio" y darle a l@s cuidadores y el hijx "la oportunidad de observar y examinar sus representaciones internas a través del arte generado." Así mismo, buscaba fomentar 4 de los 13 beneficios terapéuticos que Bruce Moon identifica en las intervenciones de arte en contextos de terapia grupal a través de la generación de un ritual intencionado y cuidado que permitiese generar las condiciones necesarias para que quienes participaron pudiesen sentirse lo suficientemente segur@s física y psicológicamente para poder mostrarse auténticamente y tener una experiencia potencialmente sanadora que posibilitase: un reencuadre de la experiencia de sentirse y mostrarse vulnerable ante otrxs; experimentar el poder compartir quienes somos, nuestra experiencia creativa, y ser vist@ desde la empatía, apertura y respeto; sentirnos menos solos al reconocernos en las experiencias, sentires, y formas de resistencia de otrxs, y por último, experimentar la elaboración de arte como expresión de esperanza compartida y sostenida colectivamente. Tomando en cuenta estos aspectos, delineé las siguientes etapas para el proceso creativo para la sesión, introduciendo en cada una distintos componentes y actividades:


  1. Creación y reflexión individual.

  2. Momento para compartir nuestro arte en la diada.

  3. Arte en conjunto.

  4. Escucha colectiva.


Primeramente, se invitó a la persona a explorar creativamente y a nivel individual, quién es en el presente, sus necesidades en cuanto al vínculo, así como, explorar cómo percibe a la otra persona, y lo que le motiva a mantener el vínculo con ella. En un segundo momento, sucedió una reflexión conjunta, para la cual se invitó a usar una guía que centraba la atención en el arte generado y el conversar desde la curiosidad, el afecto, y la escucha activa. Posteriormente, siguió un momento de creación conjunta invitándoles a generar algo nuevo a partir de lo compartido, de forma tal en que cupieran ambas necesidades y puntos de vista, siguiendo pautas que permitían que la elaboración de arte fuese un ejercicio de cooperación y disfrute. Por último, hubo una oportunidad para que quienes quisiesen compartir su experiencia individual o en la diada pudieran hacerlo.


Algunos de los comentarios compartidos durante la escucha colectiva hablaron de lo beneficioso que fue tener el arte cómo medio de comunicación, ya que permitió que personas que se consideran "introvertidas" o que les cuesta "encontrar las palabras adecuadas" para expresarse pudiesen explorar una forma distinta de hacerlo que se sintió cómoda y expansiva. Se habló de que hacer arte en conjunto no sólo fue una forma de "autocuidado", sino también una manera de incorporar momentos de creatividad y juego, y lo importante que esto es sobre todo para hijxs que han sufrido junto con sus madres violencia en el hogar, han visto todas las áreas de sus vidas impactadas por la violencia teniendo que "crecer más rápido", y la importancia de proveer "momentos de respiro" a sus sistemas nerviosos, en que a través del juego y la creatividad compartida su vínculo familiar sea fortalecido desde el goce. Se compartió también, la importancia de escuchar quién es la otra persona actualmente y no solo quienes fueron, reconocer que los vínculos no son estáticos, sin que esto signifique no responsabilizarse por acciones pasadas que hayan lastimado a la otra. En uno de los grupos hubo padres que compartieron que hacer arte en conjunto puede "enseñarnos cosas que no habíamos visto", permitir pasar "tiempo de calidad" juntxs y poder expresar cosas que "no sabíamos cómo hacerlo", una de ellas siendo que aún cuando intentan que su forma de paternar sea distinta a la que experimentaron, la comunicación con sus hijos aún está influenciada por roles de género rígidos, que "cuesta tener paciencia", "cuesta reconocer que los hijos pueden tener tiempos y formas de comunicarse y expresarse diferentes", que el ordenar, gritar y "tener mano dura" siguen siendo estrategias que usan aunque reconocen que no funcionan. Identificaron que los "problemas de conducta" o el que sus hijos "la pasen mal" puede deberse a ello y esto a su vez ser influenciado por su propia salud mental y temas estructurales fuera de su control, por ejemplo; que tienen que trabajar jornadas completas 6 días a la semana -al igual que su pareja- para tener una vida digna, "vivir estresado", "no tener energía al llegar a casa". Por último, se compartió que al escuchar a otros y poder compartir cómo el arte permitió hablar de cosas que no se habían permitido expresar, hizo posible cambiar su decisión inicial de no compartir nada, a sentir que sí podían hacerlo.


Personas de edades diversas participantes en una sesión grupal de arteterapia.
Experiencia en la Casa del Café (documentación con el consentimiento previo de las personas participantes)

Algunos de los participantes, tanto padres como madres, mencionaron que esta invitación fue un primer paso en búsqueda de acompañamiento, que habían dudado asistir cuando escucharon "arte y terapia" pero que a la vez sonaba intrigante, para ell@s el hacer arte como primer acercamiento al tema había sido útil y resultado en una experiencia positiva. Lo cual me deja reflexionando en cómo poder seguir explorando desde la arteterapia temas tan complejos y con tantas ramificaciones.

Agradezco profundamente a los espacios que me abrieron sus puertas, y a todas las personas que decidieron formar parte de esta experiencia y compartir con las demás personas participantes y conmigo un poco de su historia y su experiencia con esta propuesta de fortalecimiento del vínculo familiar sostenida con herramientas de la arteterapia.


REFERENCIAS


  • Markman-Zinemanas, D. (2011). The additional value of art psychotherapy: Visual symbolization. Academic Journal of Creative Art Therapies, 2, 131-139).

  • Moon, B. (2016). Art-Based Group Therapy. Charles C Thomas, Publisher, Ltd.

  • Regev, D., & Snir, S. (2017). Parent-Child Art Psychotherapy (1st ed.). Routledge.










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